FUGAZ
Existen momentos, que trae el pensamiento en imágenes nítidas que pueden arropar una vivencia con más intensidad que el hecho mismo de que ocurra. Esas imágenes eclosionan en la expresión del instinto, poniendo en pie cada uno de los vellos, haciendo del respirar un jadeo, humedeciendo aquellos sitios que propiciarán la realización carnal de ese deseo. Existen momentos que son una total vivencia en el recuerdo o la expectativa, indistintamente, sin contradecir que es el presente el que no aguarda. Los ajenos podrían enunciar que ese momento no es el correcto, que sus motivos no son auténticos y que su intención es una ofensa; pero eso no evitará que calle el mundo por el silencio de lo sublime, por lo que cose nuestro instrumento con el objeto. Existen momentos en que el amor no es estructurado, es un destello que te ha llegado y con las mismas se ha despedido, dejando a cambio un despedazado porvenir y una ramita de lavanda en el pórtico de nuestro templo.