La casa está ardiendo
mi casa corazón.
Casa que te hace suyo aunque adulto te ha poseído.
La casa está siendo ultrajada por cauce uraño
una melena de viuda rencorosa.
El reino es doblegado por mil grados de demonios
y como arde la casa
sufro yo.
La casa es un milagro
dicha de quienes la habitamos.
Hoy todos saben en dónde está mi casa
no por su grandeza
sino por su desgracia.
–
¡Fuerza a mi gente!