Hoy el segundo plato ha sido el culto al cuerpo. Influyó una conversación con mi hermana en cual le explicaba mi consideración respecto a la importancia de mantenerse activo, o sea, evitar el sedentarismo. Se sumó un diálogo en un grupo de whatsApp, en cual mientras yo apenas participaba, un amigo aconsejaba a otro (en una cruenta explicación) que debía cambiar su modo de practicar ejercicios para musculación. Influyeron también las redes sociales; fueron muchas las publicaciones cuales abofetearon a mi redonda actualidad (parece ser la cuarentena ha promovido las rutinas caseras de ejercicios). El temor a mi prematura Hipertensión Arterial, la falta de acomodo que percibo en mi ropa al colocármela y la emergente necesidad de conseguir una talla más en los pijamas de trabajo, han sembrado un cactus en mi conciencia que está exigiendo espacio. Es algo que viene sucediendo hace tiempo, pero he acolchado su roce con mi falta de voluntad. Hoy me detuve y eché la piedra en mi zapato. Hice unas secuencias de ejercicios y me conformé con comida como para gorrión. Comencé el tratamiento para un carácter dormilón y perezoso.
En un inexperto programa de trabajo, cual constituye ensayo de bajo presupuesto y dudosas posibilidades, he invertido el tiempo. Pero un programa es más que nada, por un movimiento comenzó la vida. Estas son las medidas que me he propuesto para combatir el exceso de peso, exceso de forma, de pachorra y de colesterol.
COMER, COMER (lo recomendado):
Ya mundo y medio sabe cuales son los alimentos pro-engorde. Respecto a lo que como, promuevo las siguiente acciones:
-No incluir los pro-engorde en la compra semanal ( en la despensa/nevera serán una tentación constante).
-Aquellos alimentos elegidos, comerlos en su versión más noble (que esto no signifique comerse crudo lo que es razonable cocer). En la era de YouTube es más fácil ejecutar una receta que encontrar un pino en Canarias. Hay blogs de cocina de todos los colores y texturas.
-Alcanzar la cresta de carbohidratos en el desayuno, reducirlos según transcurre el día (no creo que para soñar necesite tantas energías). Un té nocturno será como pegar papel con saliva; mas siendo manso me dejaré engañar por la falsa saciedad, con el tiempo estos cambios resultarán en hábitos.

-Daré protagonismo a alimentos que contienen antioxidantes, defensa para las células ante el estrés oxidativo inducido por el ejercicio físico (el consumo de suplementos con este fin debe ser comedido según el nivel de ejercicio físico y otras variables). Un buen artículo del tema aquí.
-En lo personal y de momento, no contemplo consumo de suplementos para adelgazar, aumentar masa muscular u otro propósito en particular.
ENTRENAR, ENTRENAR:
¡Que diferente fuera todo si hubiese desarrollado aptitudes deportivas! Pero no será esto lo que me aleje de desarrollarlas a estas alturas, en mi ensayo he incluido las siguiente líneas:
-Despejar reflejos y dejar en la planicie lo que deseo lograr. Es tan simple como preguntarse: ¿Qué quiero encontrar cuando me miro en el espejo? ¿Qué resultados me harán sentir mejor? ¿Qué provecho, además de verme literalmente como quiero, podré sacar de la práctica de ejercicios? ¿Qué tanto me importa mi salud? ¿Estaré bien con los cambios que esta conducta traerá a mi vida?
-Reconocer, entre las muchas variantes de deporte o derivados, con cuál me siento identificado (aunque no apetezca, probablemente alguna resultará más fácil o adaptable a mi realidad). Siendo posible ajustar a propias características/pretensiones la rutina, independientemente de significar esto fundir dos ejercicios, desarrollar una nueva modalidad etc. (aquí no aplican los conceptos rígidos, o mas bien no me interesa aplicarlos). En particular opto por ejercicios de combate, bailar y el full body (esta última modalidad siendo la que menos me apetece, la pretendo reforzar con un monitor que arda, rutinas cortas (en la medida de los posible) y con un café pre-entreno.
-Introducir mi rutina de ejercicios en mi cotidianidad, persigo convertirla en hábito. De ser posible, la agendo en los picos de energía de mi día (según me conozco, mañana o final de la tarde).
-Ir a mi rutina tan a gusto como me sea posible. Optar por los accesorios de mejor acomodo y la ropa que menos estorbe a la hora de las «maracas». Ejecutar los ejercicios en un entorno apropiado según la naturaleza de estos y las condiciones en cuales hemos decidido desarrollarlos.
OTROS RECURSOS:
Cualquier actividad a desarrollar tiene un trasfondo psíquico y/o social. Debo predisponerme para incluir en mi subconsciente lo que conscientemente elijo. Persigo, una vez cuento con decisión, sumar voluntad y automatización a estos hábitos saludables.
–Tomarme fotos de mucha piel cada semana, en posición anatómica, desde el mismo ángulo, en misma condición de luz y modo de cámara. Prueba objetiva de evolución en un ritual de segundos.
–Abstinencia textil hasta un determinado resultado (podría ser hasta la quimérica pérdida de 10 kg). Incursionar en la moda deportiva para una mayor familiarización.
–El matiz de disfrutar en imágenes ajenas lo que pretendo lograr. Es la Era de Instagram, depósito donde las tentaciones huecas están a la carta como helados/confituras en el supermercado (estas últimas no clasifican para el actual propósito). Al menos en mi caso, emergen las ganas de entrenar cuando se refleja en mis pupilas un tío que tiene la formas que desearía tener.
-Conversaciones afín. Establecer vínculos con personas con similares metas, incitará el arraigo a estos intereses. Cultivar estos agregos a mi estilo de vida y a mis relaciones diarias. Compartir para reforzar los objetivos por dar vigencia a las metas que me he propuesto.
Aclaro:
Como las tantas cosas que vivo, esta agenda casi puedo asegurar sufrirá modificaciones. También se adapta por auto-concepción ,edad, objetivos, necesidades, prioridades y estado de salud. Considero el camino será irrepetible para cada quién; siendo auténtico tejido, de fibra propia.